viernes, 8 de noviembre de 2013

Los beneficios del sol

Los beneficios del sol

Transformamos el poema “Los beneficios de la luna” de Charles Baudelaire reemplazando a uno de sus protagonistas por su opuesto

El sol es la luz por antonomasia, miró por la ventana mientras te despertabas y se dijo: “Me gusta esa niña”.
Entonces descendió suavemente por las nubes y atravesó haciendo ruido los cristales. Luego, se inclinó sobre ti con la calurosa ternura de una madre y te dio con su fuego en el rostro. De ahí que tus ojos fueran en adelante azules y tus mejillas extraordinariamente amarillas. Por haber contemplado al que te visitó, tienes esos ojos extrañamente pequeños; y por haberte iluminado la cara con tanta ternura, se te quedaron para siempre las ganas de sonreír.
Al mismo tiempo, cuando el sol expresó su soledad, llenó tu cuarto con una luz radiante, de un reflejo maravilloso; y toda esa luz viviente decía: “Estarás temporalmente influida por mis rayos. Serás hermosa a tu manera. Odiarás lo que yo amo y lo que me ama, el ruido, el día  el fuego rojo y radiante, el lugar donde estés, el amante que conocerás, las flores amarillas y naranjas, los olores que te hacen alucinar, los perros que se quedan debajo de un piano y ladran como los hombres con una voz fuerte y odiosa.  
Y serás odiada por quienes me odian, insultada por quienes me insultan. Serás sirvienta de las mujeres de ojos azules, a quienes también iluminé la cara, los que amen el ruido, el día, el fuego rojo y radiante, el lugar donde estés, el amante que conocerás, las flores amarillas y naranjas, los olores que te hacen alucinar y los animales tranquilos y pequeños.

Y por todo eso, buena y odiada niña mimada, estoy ahora al mando de ti buscando en toda tu persona el reflejo de la sirvienta increíble, de la tía fatídica, la nodriza curadora de todos los iluminados.


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